Soy periodista, la vida me la gano como profesor (mi vocación) y la devoro viajando (mi pasión). Empecé a soñar con ver mundo desde que leí Miguel Strogoff, La Isla del Tesoro y Robinson Crusoe de pequeño. Cuando vi las películas de Lawrence de Arabia, Master and Commander, Papillon y el Hombre que pudo reinar, aquel sueño se convirtió en una adicción. Me echo el macuto al hombro casi por necesidad en cuanto el tiempo y el bolsillo lo permiten. Mi abuela decía que lo que hago es «perderme por los caminos de Dios». Tenía razón. Para mí, viajar es vagar sin rumbo a veces, buscar tesoros otras, garabatear un cuaderno de bitácora, descubrir geografías y gentes infinitas, disfrazarme a menudo y, sobre todo, estar fuera, muy fuera de lugar.
Sitio en la mochila 